Los inicios
“Empecé mi carrera como central, por tanto estoy habituado a jugar en esa posición. Desde Saint Priest, donde tenían una sólida formación, me fui al Olympique de Lyon. Pero no estaba muy convencido de ir ahí, no quería salir de mi zona de confort por una serie de motivos”.
“Pero fue un placer jugar con ellos, estábamos determinados a ganar. Hace unos años no era el más esperado, pero era un buen jugador: jugaba buenos partidos y otros no tanto. Siempre fui un chico con la mentalidad del ‘sé lo que soy capaz’”.
Las decisiones para el futuro
“Eres tú quien firmas el contrato, nadie te lo da en mano y te convence. La decisión final te toca a ti. Si te equivocas es tu decisión. Aquí es lo mismo. Durante los años, mi objetivo fue el alcanzar objetivos cada vez más importantes”.
San Siro
“Aquí estamos en nuestro lugar, donde te sientes en casa, donde suceden las magias, las discusiones y las historias del último minuto”.
La llegada al Milan
“Estaba convencido que no era importante donde fuera. Entre mi futuro profesional y vital (a causa del Covid) estaba bloqueado por un gran dilema. Había una cuarentena que me daba bastante miedo. Se paró toda actividad. Les digo que mientras hacía las visitas médicas, me preguntaba qué hacía ahí en ese momento”.
“Pero en cuanto tuve los documentos delante y firmé, no volví a pensarlo porque ya es cosa del pasado. Y antes de firmar con el Milan jamás había firmado un contrato de profesional”.
El debut
“Mi primera vez llegó tarde. Fue el partido fuera de casa ante el Sparta de Praga en la Europa League, no jugué durante cuatro meses. Tenía un plan de adaptación física y táctica de algunas semanas: es un juego muy diferente de Francia, tenía que saber muchas cosas”.
“El entrenador consideraba que había mejores jugadores que yo en ese momento y había un chaval que jugaba mejor. Decidí apretar los dientes, en el último partido de la Europa League jugué como centrocampista por la izquierda. Durante el entrenador me preguntó: ‘¿Has jugado alguna vez de centrocampista?’ Y yo le dije que sin problema, hubiera jugado en cualquier posición”.
“En Lyon nos entrenábamos para ser el mejor en cualquier posición, también en el centro del campo. Cuando no juegas no tienes derecho de ser feliz, eres tú que debe perseguir tus objetivos. Yo trabajo y sudo. En mi primer partido estaba tan entregado que no sentía la presión”.
“Ahora correría como entonces, el primer partido fue fantástico y el entrenador se dio cuenta de cuanto corría y mi fuerza. Pero obviamente había cosas que mejorar”.
Zlatan Ibrahimovic
“Mientras estaba en mi periodo de adaptación, a menudo estaba conmigo. Me animaba mucho, me apretaba, pidiendo información sobre mi pasado. Y luego notó que trabajaba duro. Le gustó mi actitud”.
Una frase de vida
“Lo que le puedo decir a los jóvenes de hoy es que no malgasten su tiempo, mañana ya no habrá. El tren no espera a nadie. Lamentarse es peor, más que el esfuerzo. También fuera del mundo del fútbol. Que lo intenten”.
