El carné de líder del Milan campeón ya está en vigor, desde ayer Sandro Tonali tiene también el de conducir. “Examinador interista pero yo estuve perfecto: dormí de las 6 a 12 de ayer, el domingo evité beber demasiado…”.
Lúcido también en la fiesta del scudetto, como lo fue en la portería ante Lazio y Verona (“el mejor gol de la temporada”). 22 años desde hace un par de semanas habla, y sobre todo juega, como veterano.
A once años que estaba en la plaza de Sant Angelo festejando el tricolor 2011, otros once y ahora lo celebras como protagonista en el campo del Sassuolo: ¿te sientes en una fábula?
“Cuando ganas todo cambia, si es posible la unión con la camiseta aumenta. Era un niño por las calles en Sant Angelo Lodigiano, zona milanista, para la fiesta de la hinchada. En Reggio Emilia fue una locura, pero yo fui consciente solo una vez que volvimos a Casa Milan: vi la emoción en la mirada de la gente a nuestro alrededor, fue alucinante. Me dije: no voy a usar el móvil para tomar vídeos o fotos, estos momentos los quiero vivir y mantener siempre conmigo”.
Otro salto en el tiempo: desde la provincia de Brescia a ídolo de San Siro: ¿se te subirá a la cabeza?
“No existe ese peligro. La Serie B me vino bien, recibí palos incluso sin tener el balón. Los rivales te martillean, tienes dos caminos: o te comen o eres mejor que el resto para escapar”.
¿Y el próximo salto?
“A Santa Lucía ya le pedí demasiado, pero soñar no cuesta nada y ahora quiero ganar la Champions con esta camiseta. Sería algo indescriptible”.
Ahora un paso atrás. ¿Qué ha tenido de más este Milan con respecto a la competencia?
“Las ganas. Había rivales mejores sobre la mesa, como el Inter, pero nadie tenía más ganas que nosotros. Hemos puesto pasión, corazón, emoción, valores. Así puedes llegar donde quieras: lo hemos demostrado”.
Ibrahimovic te felicitó por tu gran recibimiento: ¿quieres devolver esa asistencia?
“Zlatan da seguridad, basta con mirarlo. Verle seguir el partido de pie en el banquillo vale más que mil gestos. Él decide por sí y por el resto, podría quedarse en su lugar pero es un campeón que piensa antes en los demás: nos tomó de la mano como sus hijos. Espero que siga: sube el nivel, es determinante tanto en el campo como fuera”.
El Milan como perfecta combinación: de Ibra a Kalulu: ¿cómo se creó esta unión?
“El año pasado nos sirvió para estudiar, conocernos mejor, ser lo que somos hoy. Kalulu ha sido la revelación pero luego pienso en Tomori y Maignan, venían de otras ligas y enseguida fueron decisivos. Si buscan a Mike seguro que estará en Milanello hoy: tiene unas ganas locas de mejorar”.
“Si yo llegaba hora y media antes para hacer terapia, él ya estaba allí. La primera vez que le vi pensé: este es enorme”.
Así se ha olvidado el recuerdo de Donnarumma. Con Gigio estás en la Selección, ¿has hablado con él?
“Me escribió. Espero que esté feliz de nuestro éxito como yo del suyo. Se fue a París y ha ganado enseguida, sabía que aquí había un camino que hacer. Pasito a pasito fuimos construyendo nuestra victoria”.
Tonali, ¿quién gana el Oscar como mejor jugador de la temporada?
“A Leao, por los partidos que nos ha hecho ganar cuando estábamos en dificultades. Fue concreto y regaló puntos, más allá de las jugadas. Si partes balón al pie sabes que llegará, yo el primero que lo aproveché: ante el Verona me puso en condiciones de marcar dos veces. No hay méritos míos sino solo estar en el sitio adecuado, el resto es todo cosa suya”.
¿Tu mayor mérito cual ha sido?
“El gol al Lazio, por el momento donde llegó fue el más importante de la temporada. Otro gol que llegó en área pequeña, debo sumar otros desde fuera. Y mejorar en la decisión a la hora de entrar, demasiadas veces me expongo a ser amonestado. Mejoraré, me inspiro en Thiago Alcántara. De vez en cuando reviso mis partidos, excepto el último: ya tendré tiempo para hacerlo”.
Antes de la remontada ante el Lazio: ¿qué otros momentos clave llevaron a ganar el título?
“El derby de la segunda vuelta. Ante el Inter jugamos a la par desde hace años pero en este caso, por debajo un gol, nos obligó a tener que decidir. Pudimos pensar que la cosa estaba terminada, pero lo intentamos. El doblete de Giroud nos dio un empujón que luego marcó diferencias. Nos animó y de paso, a todo el ambiente”.
¿Temiste no vivir este sueño? El pasado verano tu permanencia como rossonero estaba en duda. El Milan insistió, te bajaste el salario, tu mánager cerró el círculo
“Al final recuerdo la llamada de Maldini que dijo: ‘Tranquilo, eres por segunda vez un nuevo jugador del Milan’. Ahí puse el punto y empecé de cero. Llegó tras semanas de negociación, no un día o dos: doy las gracias a mis agentes (Riso y Mecacci) por haber hecho todo lo posible por realizar mi deseo, para mí hicieron muchísimo. Y gracia también a Cellino por cumplir su palabra: dijo que solo quería mi felicidad, esta es mi felicidad”.
¿Aquí para siempre?
“Bajarme el salario para el Milan fue mi último pensamiento, como lo será la renovación. Porque claro que quiero seguir aquí, contrato a contrato. Sería fantástico ser un símbolo, pero no miro más allá por superstición”.
“Estoy tan unido a estos colores sabiendo que renovar nunca será un problema, justo que el club piense antes en los compañeros que acaban contrato que yo: ya tengo un acuerdo para cuatro años. Quiero ser el último de los pensamientos”.
Finalmente libre de problemas, ¿cuando supiste de haber entrado en una nueva fase de tu carrera?
“Desde el inicio de la temporada me sentí diferente. Tenía más feeling con los compañeros, con menos temor en arriesgar en cosas. Era libre”.
El mensaje más bello recibido y los que mandarás
“Mi abuela que vino a San Siro para Milan-Atalanta no es un mensaje, pero un gesto que me hizo feliz. Mi teléfono está bloqueado, en cuanto lo encienda llamaré en primer lugar a Gattuso: sé que está feliz que el Milan vuelva a ganar”.
¿El tatuaje para celebrarlo está listo?
“No sé lo que haré, pero lo haré pronto. Tengo el brazo izquierdo libre. Y espero llenarlo en el futuro”.
